En Fight Club, posiblemente el producto de la cultura mainstream que más habla sobre este tema, Tyler Durden le dice al narrador que el desarrollo personal es masturbación.
El verdadero desarrollo personal es la autodestrucción. Matar al rey secreto y aceptar con humildad tu verdadero rol, el de peón. Aceptar que no eres nadie es el primer paso para convertirte en alguien.
El rey secreto tiene que adjudicar su trono imaginario y poner los pies sobre la tierra. Acepta tu realidad. No eres especial. Tu solo vales por qué tan útil eres al mundo. No por lo especial que crees que eres.
Y alguien que no toma acción no es útil para nadie.
De la A a la Z
Los niños son puro potencial. Todo es posible para ellos. Pero cuando el niño crece ese potencial se tiene que materializar.
El problema del rey secreto es que él permanece por siempre solo siendo potencial. Y el potencial no pone comida sobre la mesa. Lo que pone comida sobre la mesa es tomar acción. Iniciar y completar un proyecto.
Prográmate para terminar lo que empiezas. Esto te acostumbra a no ser impulsivo y empezar 1,000 proyectos a la vez. Si no completar lo que ya iniciaste.
Llevar un proyecto de la A a la Z, aunque sea pequeño, le da más fuerza a tu conciencia que armar el plan más grandioso y jamás completarlo. Una acción, inclusive mal tomada, es mejor que un millón de ideas.
Empieza con algún proyecto tuyo–no algo que te pidió tu jefe o tu papá. Puede ser algo tan sencillo como escribir un artículo, crear una página web, correr 10 kms, cerrar tu primer cliente, aprender una canción en guitarra. Lo que sea. Lo único importante es que:
- Lo completes
- Sea algo que tú quieras hacer.
Una vez termines múltiples proyectos de tu propia iniciativa vas a programar tu mente a empezar y terminar. Vas a pasar de ser un rey secreto que solo sueña a alguien que toma acción. Habrás convertido tu potencial en algo tangible.
Como decía Steve Jobs: “Real artists ship” (Los verdaderos artistas entregan). El rey secreto es un artista. Pero él jamás entrega. Es un “poeta” que lleva tres años siendo barista. Tiene tatuajes, se viste como artista, lee los libros que leen los artistas, toma cervezas artesanales con sus amigos “artistas”. Pero escribe poesía solo una vez al mes–cuando le pega la inspiración. Él no es un artista. Él está jugando al artista. Él no entrega.
Este prototipo es igualito al wantrepreneur que se la pasa horas escogiendo un logo, creando una sociedad anónima, y debatiendo qué foto poner en el perfil de su Instagram sin siquiera tener una venta. Él es un adicto a los hits de dopamina y a la validación social. No es un emprendedor.
Estos reyes secretos se dejaron vencer por lo que el autor Steven Pressfield llama la resistencia. El la define como una fuerza oculta que nos detiene de hacer lo que en realidad debemos hacer para distraernos con actividades de menor importancia.
Un rey secreto que batalla su resistencia todos los días está en camino de liberarse de su gran maldición.
Sin dolor no se cruza el desierto
El problema con la industria del desarrollo personal es que está más enfocada en que te sientas bien a que mejores. Por eso los reyes secretos se meten en la ruedita del hámster del desarrollo personal. Pero si solo buscas sentirte bien te quedaras siendo un hámster para siempre.
El rey secreto busca “sentirse bien” en el momento para evitar hacer las cosas dolorosas que le van a ayudar a sentirse bien a largo plazo.
Ponte a pensar. ¿Qué es lo que inventamos para vernos mejor frente a los demás?
Aparentamos tener más dinero, inventamos hazañas de coraje, que estamos empezando un gran negocio, etc. Todas estas cosas son buenísimas.
¿Pero porque la mayoría de gente no las obtiene? Porque son difíciles de conseguir. Implican pasar por dolor.
Si te pones a ver 100 horas de videos motivacionales te va a sentir genial. Cuando termines vas a tener mucha confianza en ti mismo. Pero esa confianza va a ser fabricada. Ahora, si te metes en un bosque durante 100 horas y sobrevives con solo lo esencial la vas a pasar terrible.
Pero cuando salgas de allí vas a sentir una confianza real. Habrás crecido y te volverás más resistenta. Te vas a sentir mal durante la experiencia, pero te sentirás excelente después de la experiencia.
El ejemplo del bosque es muy drástico, pero ilustra bien el punto de que la única forma de sentir una confianza real y no fabricada es pasar por ese umbral de dolor.
El rey secreto debe dejar los videos motivacionales que solo ofrecen placer en el momento y buscar las acciones difíciles, que pueden hasta causar dolor. Esta es la única forma de crecer.
Escucha a la madre naturaleza
Mis momentos de mayor crecimiento personal han sido después de que una mujer me dejara botado.
Las mujeres tienen una capacidad única de hacer trizas nuestro ego. Y hay que darle las gracias. Si no fuera por ellas, muchos reyes secretos se quedarían siendo reyes secretos por el resto de sus vidas.
Ellas tienen un propósito biológico para hacerlo. Les conviene definir qué hombres tienen futuro de proveedor o reproductivo. Por esto se dice que las mujeres son guardianes de la madre naturaleza. Ellas deciden los genes de quien van a progresar y los de quienes no.
Nadie le puede dar un reality check al rey secreto como una mujer.
El rey secreto que tiene casi 30 años, tiene un trabajo muy por debajo de su habilidad, vive con sus papas, y se la pasa perdiendo el tiempo. Hay dos cosas que lo van a sacar de esa nebulosa:
- Que los papas lo boten de la casa y lo pongan en orden (muy improbable).
- Una mujer.
Porque este rey secreto sigue teniendo los dos deseos básicos de todos. El deseo de sobrevivir y el deseo de procrear.
Con el primero, él no tiene ningún problema. Sus necesidades básicas están más que cubiertas. Pero su deseo de procrear probablemente está incumplido. Después de todo, tus papas no le pueden ayudar con eso. Cuando el rey secreto se da cuenta de que sus oportunidades de procrear se están acercando a 0, siente pánico. Y ese pánico es lo que hace que salga a enfrentar el mundo.
Allí es donde le tocará pasar por el rechazo. Las mujeres le van a explotar su burbuja y él se va a dar cuenta que él no es ningún rey. Puede ser un rey para su mamá, o su papá, pero no es un rey en el mundo real.
Por eso, el rey secreto debe dejar para siempre la masturbación y la pornografía y salir al mundo real a conocer mujeres. La exposición al rechazo lo va a obligar a cambiar de estilo de vida. Le tocará convertirse en el hombre en la arena de Teddy Roosevelt.
No es el crítico quien cuenta;
ni aquél que señala cómo el hombre fuerte se tambalea,
o dónde el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor.
El reconocimiento pertenece al hombre que está en la arena,
con el rostro desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre;
quien se esfuerza valientemente; quien erra,
quien da un traspié tras otro,
pues no hay esfuerzo sin error ni fallo;
pero quien realmente se empeña en lograr su cometido;
quien conoce grandes entusiasmos,
las grandes devociones;
quien se consagra a una causa digna;
quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso,
y quien en el peor de los casos,
si fracasa,
al menos fracasa atreviéndose en grande,
de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota.
Camina por la calle desnudo
Marco Aurelio, el rey filósofo dijo:
“Nunca deja de sorprenderme: todos nos amamos a nosotros mismos más que a otras personas, pero nos preocupamos más por su opinión que por la nuestra”.
Mostrar al mundo tus proyectos, por más rudimentarios que sean. Es el primer paso para superar el trauma de que todos te están observando–uno de los miedos que paraliza a los reyes secretos.
El rey secreto, aunque piensa que sus ideas son geniales, tiene miedo de hacerlas realidad. El teme a ser juzgado ya que él jura que todo el mundo está pendiente de él.
Pero la realidad es que a nadie le interesa. Cuando empieces a compartir tus proyectos, ideas, te darás cuenta que a nadie le interesa lo que haces. No vas a ver una gran reacción
Todos andan metidos en su cabeza y no le dan el grado de importancia que pensamos que le dan a nuestros asuntos.
Mira a cuantos los líderes políticos hay envueltos en escándalos de putas, drogas, etc. Y con todo y eso que la prensa lo cubre, después de un rato todos se olvidan de eso.
Si la gente se olvida lo que hacen las figuras públicas es claro que si te la cagas se van a olvidar de ti también.
No subestimes la capacidad que tenemos de olvidar. Los humanos somos solipistas por naturaleza. Si no nos afecta, si no lo sentimos, no nos interesa.
A nadie le interesa tu nuevo proyecto, o que te fue mal con X, o que no se quien dijo no sé qué sobre ti.
Al rey secreto esto le afecta porque él lo ve como una amenaza a su genialidad. Pero la verdad es que a nadie le importa. Esta es una de las realidades más liberadoras. Así como a ti no te interesa lo que hacen los demás, a ellos no les interesa lo que haces tú tampoco.
El mundo es indiferente. Pero lo bueno de un mundo indiferente es que si te la cagas a nadie le va a importar.
Como dijo el autor Neil Gaiman:
“En el momento en que sientes, posiblemente, que estás caminando por la calle desnudo, exponiendo demasiado de tu corazón y tu mente, y lo que existe en el interior, mostrando demasiado de ti mismo … Ese es el momento, podrías estar empezando a hacerlo bien “.